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ESTOS 7 PUNTOS VAN BIEN PARA LEER LA BIBLIA

“Todas las palabras que yo te diga, recíbelas en tu corazón y escúchalas atentamente”

Ezequiel 3,10



La Biblia es un libro, pero no un libro cualquiera. De hecho, fue el primer libro que se imprimió, es el best seller, el libro más editado y vendido de la historia, y el traducido a más idiomas. Esto nos da muestras de que la Biblia es mucho más que un libro, es el libro, y puede cambiar tu vida.


A continuación te voy a compartir algunas ideas que pueden llegar a parecerte hasta perogrulladas, pero somos como somos… Y cuando las vemos escritas y numeradas, como que nos motiva.


Te propongo, pues, 7 pasos para leer y rezar con la Biblia. Ahí van.


Primero, ten la Biblia a mano. A menudo, como es un poco “tocho”, aguanta muy bien otros libros de las estanterías, pero ese no es su destino. Tener una Biblia cerca, ya sea, en la mesita de noche, en la mesa del comedor, en el recibidor de casa o en la mesa donde trabajas, puede ser un primer paso para tenerla presente en tu día a día.


Segundo, léela cada día. La Biblia es un libro y, como todo libro, está para ser leída. Así que, ánimo, todo es empezar… Dedica algunos minutos a leerla y a meditarla. El objetivo de leerla no es que sepamos mucho acerca de la Biblia, que la conozcamos “de pe a pa”, el objetivo de la Palabra de Dios es que cambie nuestra vida.


Tercero, léela con orden. Biblia en griego significa “libros”. De hecho, la Biblia está compuesta de nada más y nada menos que de ¡73 libros! Así que es muy fácil perderse o no saber por dónde empezar. Por eso, no podemos hacer como las abejas, que van de flor en flor. No vayas de un libro a otro sin más, sin orden ni concierto. Lee un libro entero. Lee su introducción para situarte y lee cada día un trozo. Te puede ir muy bien pedir a algún sacerdote, religioso o religiosa, o catequista o cristiano preparado para que te aconsejen qué libro y qué plan de lectura seguir.


Cuarto, prepárate y disponte interiormente. Disponte para escuchar. Pide al Espíritu Santo que te acompañe y te guíe para captar la voz de Dios que habla a través de las Escrituras. De cómo dispongas tu corazón en ese primer minuto puede depender el resto de la oración.


Quinto, haz lectio divina. La semana próxima escribiré los 5 pasos de la la lectio divina, método muy utilizado durante siglos en la Iglesia y que ha vuelto a retomarse con fuerza en la actualidad. Muy aconsejado por los exégetas (expertos en Biblia) y los maestros de espiritualidad. Tendrás que esperar para saber un poco más.


Sexto, hazla tuya. Subraya la Biblia, con un fluorescente o un lápiz, escribe palabras clave, toma notas minúsculas al margen; todo eso, te ayudará a pasar por el corazón la Palabra de Dios. Eso te irá genial para hacer tuya la Palabra. Implicándote, verás más fácil cómo aplicarla a tu vida.


Séptimo, ponla por obra. La Palabra de Dios está para ser vivida. Lo más emocionante es ponerla en práctica. Inténtalo. Verás que, con la ayuda de su gracia, no te será tan difícil. Recuerda: el objetivo de la Palabra de Dios es que nos transforme, que cambie nuestra vida.


Para acabar, esta semana te propongo llevar a la práctica estos 7 pasos; el paso número 5, de la lectio divina, a partir de la semana próxima. Como puede que no sepas por qué libro empezar, te propongo hacerlo al ritmo de la Iglesia, es decir, empezar con el Evangelio de San Marcos, que es el que leeremos mayormente en este año 2021. Además, es el más corto de los cuatro evangelios… Algunos pensarán: ¡Genial! Pues pa’lante...

¡Ánimo todos!

Feliz semana y que Dios te siga bendiciendo. :)

P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.


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