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NO SOMOS ISLAS

Updated: Jan 11, 2021

“Todos somos miembros los unos de los otros”

Romanos 12,5



Los hombres no son islas es el título de un libro del monje norteamericano Thomas Merton. Su obra toma el nombre de una afirmación del poeta John Donne, y es que ningún hombre está completamente solo. Esta afirmación, aunque es una evidencia, hoy suena a novedad.


Todo ser humano, al formar parte de la humanidad, puede afirmar que no está solo. Todo hombre es un pedazo de mí mismo, porque yo soy parte y miembro de la humanidad.


En nuestra sociedad parece que, por momentos, estemos a gusto viviendo como en una isla pero ¡ay!, nos visita la tristeza, y es que la soledad mata. Así que, vivir aislados es un mal negocio...


Aprendemos a vivir en comunión con otros y viviendo con ellos; lo cual tiene sus ventajas y sus desventajas, y si no, que se lo digan a los padres, o a los hijos, o a ti, que piensas en algún conocido...;) Lo cierto es que tú y yo nos “encontramos”, descubrimos quiénes somos al relacionarnos con los otros. Porque el hombre no puede encontrarse a sí mismo él solo, sino que ha de encontrarse en otros y por medio de ellos. Gracias, Señor, porque si no, entre otras cosas, sería muy aburrido.


Nosotros, como Iglesia, tenemos el gran don del Bautismo. Por él, somos introducidos en la gran familia de Dios. En ella, de pequeños o de más mayores, podemos experimentar ese regalazo que es formar parte de una familia más grande que la propia, sentir que no estoy solo, que tengo a muchos que van conmigo, que me apoyan, que me comprenden, que me aman, que me sostienen, que lloran o se alegran conmigo. Porque como dice San Pablo: “todos somos miembros los unos de los otros”.


Formar este cuerpo místico que es la Iglesia es un don y una tarea. Es don porque es un regalo, algo por lo que dar gracias, pero que a su vez reclama de mí una respuesta, una correspondencia a ese don. De ahí la tarea. Tú y yo estamos llamados a dar frutos de amor los unos para con los otros, con los de dentro de la Iglesia y los de fuera.


Te animo a que cultives este sentido de cercanía con todo el mundo, a que valores tu Bautismo como una llamada a “formar” Iglesia y a entretejer relaciones personales de verdadero amor para que nos demos cuenta de que “todos somos miembros los unos de los otros”.


Para acabar, esta semana te hago una propuesta: piensa qué puedes hacer para cultivar unas relaciones más fraternas allí donde estés (familia, trabajo, parroquia…).


¡FELIZ AÑO 2021!


Y que Dios te siga bendiciendo. :)

P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.

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